viernes, 20 de febrero de 2015

Luchando contra la razón

Una de las cosas más duras con las que tengo que luchar es mi cabeza. Sabes que siempre he razonado todo. Que a todo le encontraba explicación. Por eso me costaba creer en cuestiones basadas en la fe. Lo sabes. Y por eso me cuesta tanto. Por eso no soy capaz de avanzar. A cada paso que doy, retrocedo para borrar mi huella y al final siempre acabo en el mismo sitio.

No lo entiendo. No entiendo nada. No comprendo como algo mágico puede terminar. Como tú prefieres romper esa increíble conexión entre nosotros por percepciones, por emociones. Podríamos haber luchado juntos.

A veces mi mente saca una conclusión tajante. Esa química, esa conexión, puede que ya en estos últimos meses sólo fuera desde mi punto de vista. Que tú ya no sintieras lo mismo. Esa razón de la que hablo, toma el control y me deja las cosas claras. Pero es por eso por lo que me está costando tanto, porque no quiero creer eso.

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