A veces una palabra, frase o imagen te puede martillear perennemente. La tomas como si fuera un contratiempo y acaba siendo un mal mayor que te devuelve a la realidad. En ocasiones tiene tanta fuerza que la tomas como si ya no hubiera nada que hacer y te limitas sólo a sobrevivir. A convivir con ella.
No siento lo que sentía antes. Ayer escuché vuestras voces y sonaban como si no nos hubiéramos separado nunca. Sé que no era verdad porque en mitad de la conversación apareció esa losa, que ya hace tiempo comencé a cargar, de lo que fue y ya no es. Losa aún mayor porque mi sentimiento es totalmente contrario, porque cada minuto que pasa, yo siento más.
Y miedo, mucho miedo. A que siempre nos acompañe el no siento lo que sentía antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario